Saturday, 7 November 2015

Another great live review for EPISTOLA@Granada Jazz Festival!-Granada Hoy


"El dulce sabor de Cabo Verde

Festival Internacional de Jazz de Granada. Fecha: 5 de noviembre de 2015. Lugar: Teatro Isabel la Católica. 
Aforo: Casi lleno (700 personas).

Extraordinario concierto inaugural del programa central del Festival Internacional de Jazz de Granada el que disfrutamos el jueves a cargo de Carmen Souza y Theo Pascal. Una actuación llena de color y de sabrosura que inundó el Teatro Isabel la Católica de las dulces cadencias del África occidental de las que se nutre la música de Cabo Verde, de los tonos agridulces, mitad melancólicos, mitad celebración de la vida que contagian optimismo y vitalidad.

La voz de Carmen Souza es un prodigio de la naturaleza que sin alardes se amolda a lo que pide cada tema, y que parece tener un diapasón en la garganta que le imposibilita emitir una nota fuera de su lugar. Sin gritos ni estridencias innecesarias, con la calma del que no tiene prisa, como la caricia del terciopelo. Así es su voz. Pero por si no fuera bastante, el grupo al completo, empezando por la propia Carmen, impecable con la guitarra y comedida, justo como pedía el tono del concierto, al piano, demostró ser una maquinaria perfectamente calibrada para su función.

Preciso con la batería Elias Kacomanolis, brillante y acompasado Ruben Fox al saxo tenor e inconmensurable Theo Pascal dirigiendo el conglomerado y tocando contrabajo y bajo eléctrico con absoluto swing, africanísimo, o redondo, según el matiz que en cada momento exigía el guion. La actuación comenzó con Song for my Father, del álbum Protegid, de 2010, pero el protagonismo recayó en los temas de Epistola (JazzPilon/Galileo, 2015), el hermoso álbum que firmaron Souza y Pascal hace apenas unos meses, con todo el sabor de las costas occidentales de África y el verde aromático de Cabo Verde. Lo interpretaron casi en su totalidad con temas como Twenty Choices, Cape Verdian Blues, Cape Verdian Railways, Oui ou Non o Thursday, alternando el portugués, el francés y el inglés e involucrando cada vez que podían al personal. Durante la primera mitad de la actuación dominó el aire africano y el tono melancólico de la música de la isla, pero con Kutequatekessa Quamundos -menudo título-, el grupo se transformó en una máquina de jazz de alta graduación. Sin despeinarse, volvieron a la dulzura de la rumba congoleña con Ligria, y afrontaron la recta final con las deliciosas versiones del Moonlight Serenade de Glenn Miller, y de Donna Lee, que parecía un clásico brasileño. Lo mejor, no obstante estaba por llegar, primero con Afro Monk, un homenaje al gran Thelonious Monk sencillamente magistral, y con WPFL, con el que mostraron su querencia por el espiritualismo de Coltrane y que culminaron fundiéndola con un My Favourite Things rematado con africanismo. Para despedirse aún guardaban la sensacional Afrika, que mezclada con el Pata Pata de Makeba puso a la sala en pie y la trasladó, una vez más, a las costas occidentales del continente negro." 
Granada Hoy





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